Como ya dije, estas navidades hice un par de tartas, pues una de ellas fue para celebrar el cumpleaños de mi padre y me atreví con la famosísima receta del red velvet, o terciopelo rojo en español.
Es una receta a la que le sigo teniendo bastante respeto, porque lleva ingredientes "raros", no raros de conseguir, pero sí de esos que te quedas pensando: ¿Seguro que juntándolos sale algo comible?
Curiosamente sí, sale algo comible y bastante aceptable.
Bueno, empecemos con lo importante, la receta y sus ingredientes.
Ingredientes:
Para el bizcocho:
- 240 ml de aceite de oliva (más o menos un vaso)
- 2 huevos
- 1 cucharadita de vinagre, a poder ser blanco.
- Un pellizco de sal
- 1 cucharadita de bicarbonato sódico
- 40 gr de cacao en polvo (preferiblemente desgrasado y sin azúcares, yo uso el de valor)
- 350 gr de harina blanca
- 250 gr de azúcar blanca
- Colorante rojo en gel o pasta (dos cucharaditas de café más o menos)
- 240 ml de leche
- 1 cucharada sopera de zumo de limón o vinagre blanco (esto servirá para "cortar" la leche y hacer "buttermilk", si se tiene buttermilk, usar 240ml)
Para la crema de queso (frosting de queso):
- 200 gr de queso mascarpone
- 300 gr de queso tipo philadelphia
- 350 ml de nata para montar
- 115 gr de azúcar glass
- Unas gotas de aroma/extracto de vainilla
Elaboración:
En caso de no tener buttermilk, mezclar la leche con el limón o el vinagre blanco y esperar unos 15 minutos a que la leche se corte.
Precalentar el horno a 170º.
Engrasar y/o cubrir con papel de horno el o los moldes que se vayan a utilizar. Yo utilicé el mismo molde dos veces, y creo que ese fue uno de mis fallos, por que salieron muy bajitos los bizcochos.
Tamizar y mezclar los ingredientes "secos: harina, cacao, bicarbonato y azúcar, añadirle la sal.
Mezclar por otro lado todos los líquidos: buttermilk, vinagre, colorante, aceite y huevos.
Mientras batimos, ir añadiendo en al menos tres veces (integrando primero una antes de la siguiente), los ingredientes "líquidos" a los "secos".
Dejar de batir cuando esté todo bien integrado, poner en el molde y hornear durante unos 20-30 minutos.
Cuando lleve 20 o 25 minutos, pinchar con un palito y si sale limpio es que ya está listo.
No abrir antes de los 20 minutos o se bajarán por completo.
El frosting de queso primero se monta la nata en un bol, en otro se mezclan bien los dos quesos con el azúcar glass.
Se va añadiendo la nata a la mezcla de quesos con una cuchara y con movimiento envolventes para que no se baje.
TRUCO: Si os gusta el café, se le puede añadir una tacita de café intenso y le dará un toque fenomenal. De añadirle el café, es mejor dejar reposar en el frigorífico durante unas horas, o mejor de un día para otro para que tome bien el sabor.
Montar la tarta es muy fácil, se pone uno de los bizcochos, se recorta la "chepa" si le ha salido. Se cubre con una capa generosa de frosting.
Colocamos el otro bizcocho, también recordado si hizo falta, y se cubre entera con el frosting.
En la imagen de arriba se ve perfectamente porqué se llama "red velvet" (terciopelo rojo), tiene todo el aspecto.
Se debe meter en el frigorífico si no se va a comer inmediatamente, para que no pierda la consistencia.
Decorar al gusto o dejarla tal cual, que... si no se le dice a la gente de qué es la tarta, habrá sorpresas varias cuando se corte.
Como dije al principio, esta tarta la hice para el cumpleaños de mi padre y, como es traumatólogo, pues le hice un mini médico de fondant y unos huesecitos, también de fondant.
Pues nada, un saludo, y espero que os animéis a hacerla, yo tengo pendiente repetirla en formato más pequeño, pero de más capas...
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